La banda ancha también puede aparecer en muchos
lugares como “conexión de alta velocidad” o “high speed internet”. Mientras el
dial up puede llegar a una velocidad máxima de 56 kbits per second, la banda
ancha trabaja con un mínimo de 256 kbits per second llegando actualmente hasta
2 Mbits per second. Uno de los detalles fundamentales de la banda ancha es que
permite conexión constante a Internet pero para muchos expertos, esta situación
genera que la cantidad de usuarios que usan simultáneamente el servicio crezca
de manera notoria, produciendo consecuentemente problemas en el tráfico de
información, así como también en la conexión. Por otro lado, los precios del
servicio de banda ancha suelen ofrecerse en base a una tarifa fija que no
aumenta independientemente de la cantidad de utilidad que se le dé al servicio.
A diferencia del dial up, la banda ancha entonces ofrece mayor velocidad a un
precio fijo y seguro.
El funcionamiento de la banda ancha se basa en la
utilización de tecnologías DSL y de cable módems. Sin embargo, en la
actualidad, la tecnología Wi/Fi, que no necesita cableado, está creciendo más y
más, especialmente para suplir a aquellos usuarios que viven en áreas sin las
tecnologías o capacidades necesarias para establecer complejos sistemas de
cable módem. La fibra óptica, el material utilizado para la transmisión de
datos en banda ancha, ha demostrado ser mucho más eficiente que el cobre y
mucho más eficaz en relación a la velocidad posible adquirida.
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